01 junio 2008

Los/as malnacidos/as del Cabanyal

Desde hace un tiempo se viene oyendo en el barrio del Cabanyal, como hay gente malnacida y miserable (haberlas haylas en todas partes), gente malnacida y miserable decía, que van cuchicheando que si algún miembro de la Plataforma Salvem el Cabanyal, y perjudicado directo por el Plan de Prolongación de Blasco Ibáñez, se está enriqueciendo por las casas que tiene, y por el sueldo que le está untando el Ayuntamiento.
Yo conozco a esas personas que están siendo acusadas desde la miserabilidad humana, personas que durante diez años están luchando todos los días de su vida por la defensa de una forma de vida, personas que han antepuesto la lucha por sus vecinos a su vida privada. Yo he estado a su lado en más de una ocasión y son tan imperfectas como cualquiera de nosotros, pero con una cualidad que les destacaba, la lucha, la incansable lucha, y la anteposición del optimismo a todo desaliento.
Hay miserables en el Cabanyal que son unos malnacidos que le echan la culpa de todos los males del Cabanyal a esas personas que no tienen ningún poder. Malnacidos que una tras otra vez votan al PP (y con ello no quiero decir que los votantes del PP sean unos malnacidos ni mucho menos) y que después de tantos años de alcaldía de Rita Barberá todavía creen que quien mete a gente marginal en las viviendas abandonadas son esos amigos de la Plataforma, que todavía piensan que quien no deja pasar a los barrenderos por la calles son esos amigos de la Plataforma.
Es muy triste que gente que te conoce, incluso algunos vecinos te acusen maliciosamente de esa forma. Que acusen, por el mero hecho de chismorrear, a personas que están luchando por la vida de sus padres, de sus hijos, de sus familias, de sus vecinos, que están luchando por la vida de un pueblo, de su pueblo (mientras la mayoría creen que votando cada cuatro años ya está solucionado el Cabanyal). Ni mil Ritas podrían pagar a esos miembros de la Plataforma todo lo que están haciendo por el Cabanyal. Ni mil Ritas tendrían el dinero suficiente que comprará a esos-as valientes.
Mucho malnacido para tan poca gente buena.