Blanco y amarillo

Rita Barberá pretende con el dinero de todos, llenar la ciudad de Valencia del emblema papal, la bandera blanca y amarilla. Toda Valencia será llenada de banderas con esos colores para celebrar la llegada de ese señor alemán. En este Estado aconfesional llamado España, es uniconfesional más bien. Todo por el catolicismo, por UNA, GRANDE Y LIBRE religión. Vivimos en un mundo vergonzoso, gobernado por unos políticos vergonzantes sin ninguna vergüenza. QUE ASCO.
Pero al fin y al cabo eso es lo que desea la inmensa mayoría de los valencianos. Se escudan en que con cada euro que se gasta se obtendrán diez. Más beneficios para los empresarios, más trabajo para emigrantes, los mismos que la mayoría de valencianos repudian.
Aquí todo el mundo se preocupa por su bienestar económico y a la vez todos se llaman católicos.

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Por cierto, ¿qué boniatos le importa a una iglesia, secta o lo que sea la unidad de España? Yo creía que las religiones no tenían fronteras, pero se ve que estaba equivocado.
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Recomiendo, como no, LOS CANALLAS DE LA PLAZA