Fracaso, éxito, todo lo contrario. Después de un repaso por la prensa variopinta de este país, sólo he llegado a un nexo de unión. La democracia ha funcionado, hay gente que ha votado y gente que no ha votado. De los que han votado la mayoría han dicho sí, me imagino que más por sus ideales que por conocimiento. De los que no han votado no se puede decir nada, porque se puede decir mucho, demasiado. De estos últimos algunos estaban en la playa, otros en el campo, muchos pasaban, otros no pasaban pero no sabían que hacer, unos eran de unos partidos y otros de otros partidos.... En fin, se puede hablar de fracaso por la alta abstención (hay que tener en cuenta que cuando se sumen los votos por correo seguramente se pasará del 50% de votantes), y se puede hablar de éxito, por la gran cantidad de gente que pasa de todo y deja que los partidos existentes sigan con el juego democrático. La gente que no vota siempre lleva a muchas interpretaciones, y aquí tenemos un claro ejemplo.Se recuerda por algún sitio que en las votaciones de la Constitución en el País Vasco, el sí tuvo un porcentaje inferior al de ayer en Catalunya. No por ello la Constitución no se implantó allí. Pero claro, cada uno ve el vaso o medio lleno o medio vacío.
Por otro lado, si el 50% de censo se abstiene, y el 70% de los que votan lo hacen con el sí, ¿quiere decir que más del 90% de los catalanes les importa un pito el tema de la ruptura de España anunciada por el PP, Ejército e Iglesia Católica?
Las miles de interpretaciones llevan a una (ya parezco un lector de los mandamientos), LO QUE PERDURARÁ EN LA HISTORIA ES EL SI AL NUEVO ESTATUTO.
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