La ineficacia de los políticos se refleja en esta carretera interminable. La van inaugurando por pequeños tramos, siempre en fechas características (elecciones...), pero nunca la acaban. La subida del Ragudo es la vergüenza nacional, la obra inacabable. Y lo más increíble todavía, tramos estrenados hace seis meses y que vuelven a estar cerrados por errores en su construcción.
Dimisiones una vez más ni una. Responsables una vez más ni uno. Perjudicados una vez más muchos.
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