El grado de libre pensamiento dormido (o muerto diría más bien) en Valencia llega a unos límites tan insospechados, que un grupo de personas (falleros) crea una plataforma en defensa de los molestos casales. Inaúdito pero cierto, con la cantidad de problemas que aquejan la sociedad valenciana, y por lo único que se llegan a molestar y a mojarse es porque les continúen dejando en total impunidad para poder cerrar calles, o poder hacer fiestas, o poder tirar petardos cuando les venga en gana.
Acepto el hecho de que durante las fiestas falleras, las tropelías festivas lleguen a todos los ámbitos de la ciudad (hasta un cierto punto, claro está). De ahí a que cualquier día del año puedan hacer lo que les venga en gana hay un gran trecho (eso o que te monten una carpa diez días antes de las fallas).
En Valencia los únicos que están atropellando la libertad de los demás son los que quieren imponer la libertad de hacer escándalos por encima de la libertad de descansar. Y no hay ninguna duda al respecto, yo me uno a los que quieren descansar.
Los casales falleros, como las discotecas, como los que encienden hogueras en medio de la calle (veáse Cabanyal en invierno), los de los botellones..., todos deben respetar la normativa vigente.
La prensa ha dicho:
- La condescendencia del Ayuntamiento de Gandia para acabar con los ruidos que genera el casal de la falla Sant Nicolau-Mosquit podrían costarle hasta 13.000 euros de las arcas municipales, o lo que es lo mismo, del bolsillo de todos los gandienses
- El Juez Ordena el cierre de un casal fallero de Aldaia tras la denuncia de dos vecinos por ruido
- Los casales falleros de Valencia funcionan sin licencia de actividad ni regulación específica
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