20 marzo 2008

ABC o la misería periodística

Me llega vía correo, esta carta que un vecino del Cabanyal ha enviado al diario ABC en protesta por un artículo escrito en ese diario. Con lo que él dice, sobran las palabras:
El firmante del artículo Valencia llega al mar que transcribo a continuación, así como quien lo publica, demuestran ser unos miserables y unas malas personas. Puedo admitir que digan que hay gente de izquierda extrema en Salvem, como yo puedo decir que ustedes son de derecha extrema. Hablar de un tal asociación Pavinsar (que por cierto no creo que exista) demuestra un gran desconocimiento por su parte. Eso no es periodismo, ni nada que se le asemeje. Eso es mala leche. Por otro lado, personas tan "listas e inteligentes" como ustedes, lo mínimo que podían hacer es preocuparse por todos aquellos vecinos y vecinas que pueden ser de extrema izquierda o de extrema derecha, del PP o del Psoe, o a lo mejor de ningún partido político, y que este proyecto urbanístico les va a tirar de sus casas teniendo que pagar el nuevo realojo. Preocuparse de esas personas es más importante que tildar a personas de "diverso pelaje" como provincianos, cavernícolas... Me han dado mucha vergüenza y mucha lástima, lo suyo no tiene nombre. Además aunque no votemos a su partido político y seamos una minoría "conservacionista", somos tan valencianos como el que más. (Aunque lo de conservacionista va más con ustedes que quieren seguir viviendo en los años 40 insultando a todos los que piensan diferente a ustedes, a la vista está que ustedes no han sido todavía absorbidos por la historia). Siguiendo esa trayectoria periodística, no me extraña que su periódico este desapareciendo de los kioscos españoles, engullidos por la competencia.
Fdo: SG
El artículo es el siguiente:
LUIS Guarner, en «Valencia. Tierra y alma de un país» recogía en la página 222 de la Edición de 1974, publicada en Espasa Calpe SA, un párrafo escueto y contundente: «Rodeando los linderos del Jardín del Real que la verja circuye, encontraremos, en dirección al este, una amplia avenida moderna que, decididamente, se encamina hacia el mar, al que llegará un día, cuando el proyecto urbanístico logre realizar todo el trayecto de esta avenida que, hoy tan sólo es esperanza, se llama ya Paseo de Valencia al Mar».
Hoy, por fin, su esperanza se transforma en realidad pese a los obstáculos que los conservacionistas (PSPV, IU, Ecologistas de diverso plumaje, enrocados en los llamados «Salvem»...izquierda extrema lindante con la extrema izquierda) han puesto en el camino a la modernidad. El Supremo ha acertado con su sentencia desestimando el recurso de «Salvem El Cabanyal» y la asociación de vecinos «Pavinsar» que, si son coherentes, deberán disolverse en el olvido, tras la anterior sentencia, favorable también a los valencianos y contra los conservacionistas, del TSJ de la Comunidad.
Desde 1888, en que la Avenida se proyecta y diez años después en que se aprueba, el último tramo del Paseo de Valencia al Mar fue boicoteado sistemáticamente por quienes apostaron por una Valencia provinciana, preterida y anclada en el pasado. Hoy, con la denominación de Blasco Ibáñez, encara ya el futuro y avista al Mar.
Los resultados electorales de los últimos años avalan al Consistorio, a su alcaldesa y al presidente de los valencianos.
Los que aún hacen fuego con pedernal han sido absorbidos por la Historia
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