11 febrero 2010

Carta abierta a todos los vecinos del Cabanyal

Hay varios conceptos que no han quedado claros después de doce años de monotema en el Cabanyal, y es que los que estamos en contra de la Prolongación de Blasco Ibáñez hasta el mar, no queremos vivir rodeados de la mierda en que se han convertido muchas calles del barrio, unas dentro del proyecto urbanístico y otras que no se van a tocar, y que exigimos tanto al Ayuntamiento, como a la Generalitat, como al Gobierno de España que tomen cartas en el asunto, y eso repito, desde hace doce años.
Parece que algunos no quieran ni leer el proyecto y sigan creyendo que en la prolongación se van a hacer viviendas de protección oficial (VPO). No, no señores, lo que se van a construir son viviendas de protección pública (VPP) (veremos si los que vengan a comprarlas querrán tener la mierda de barrio que se quedará detrás).
Tampoco parece que esté claro que a la gente que realojan, no las realojan con las mismas condiciones que en las que viven. Quien puede compra la nueva vivienda por la diferencia de valor entre la que era suya y la nueva, y quien no puede permitirse el pagar la nueva, se le ofrece un inmueble con un alquiler bajo mientras viva. Como "persona" "fiable" (ambas cosas siempre entre comillas) de lo que realmente pasa tenemos las declaraciones de Grau.
Otra cosa que me resulta chocante son las críticas a que gente de otros barrios de Valencia fueran a la manifestación en contra de la prolongación alegando que no conocen el barrio, como si la gente que estuvo en las manifestaciones contra la guerra de Irak hubieran estado allí, o como si los manifestantes defensores de la familia católica hubieran leído toda la Biblia.
Luego tenemos a los que piensan que sus casas se van a revalorizar cuando hagan la avenida. Piensan que toda la mierda que hay se va a quedar aplastada bajo el asfalto, y no quieren ver que la mierda será desplazada a otras zonas del Cabanyal. Imagínense ustedes una preciosa avenida con arbolitos y edificios nuevos, y detrás dos barrios miserables de callejuelas mal aireadas (Rita Barberá dixit).
Y como parece que todo esto no haya quedado muy claro, volveré a repetirlo las veces que haga falta.