22 septiembre 2009

Aborto sí, aborto a veces. El cinismo de la derecha


    Como bien dijo el articulista del diario Público Isaac Rosa (Aborto sí, pero sin pasarse) en este país la derecha nunca ha estado en contra del aborto, y de hecho ningún presidente o gobierno de derechas democrático (ni fascista) ha intentado hacer nada por acabar con el aborto.
    De hecho la derecha siempre ha protestado contra todos los avances sociales, y luego siempre se ha aprovechado de ellos. Estaba en contra de las autonomías, y ahora lideran algunas de ellas. Odiaban el divorcio, y pocos hay los que no hayan repetido. Odiaban los matrimonios civiles y ahora son más numerosos que los católicos. Siempre han repudiado la prostitución, pero nunca han intentado acabar con ella (antes hacer como que no existe que regularla).

    Dicen que el aborto es un asesinato, pero nunca han hecho nada por acabar con el aborto, repito NUNCA (lo mejor siempre ha sido mandar a la chica unos días a Londres de vacaciones).

    Uno empieza a estar harto de los que siempre chillan y no hacen nada por cambiar las cosas.

    Ya lo dije el otro día, cuando el PP vuelva al poder ni bajará el IVA, ni prohibirá el aborto, ni perseguirá la prostitución, ni el matrimonio homosexual...

- Muy interesante la lectura de El gallinero “científico” sobre la vida humana de Esther Samper:




El gallinero "científico" sobre la vida humana
Por ESTHER SAMPER (SHORA)
Muchos científicos no han querido quedarse al margen sobre la nueva ley del aborto y unoshan optado por "demostrar científicamente" su postura y otros han salido criticando "la utilización ideológica de la ciencia". ¿Entre tantas opiniones y hechos es cierto que existe un consenso científico sobre el origen de la vida humana?
La historia vuelve a repetirse. Un grupo de científicos alega que existe "sobrada evidencia científica" de que un ser humano lo es desde el momento de la fecundación y otros plantean que este hecho es algo que entra dentro del "ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas". Por si esto fuera poco, ahora un catedrático da clases antiabortistas por su cuenta y, mientras, el decano de biología lo desautoriza. Si a alguien le parece nuevo este particular gallinero, debe saber que no es, ni mucho menos, así. Debates públicos similares entre científicos han ocurrido varias veces en otros muchos países pero especialmente en Estados Unidos.
En uno de esos acalorados debates en Estados Unidos sobre el origen de la vida del ser humano surgió un mítico artículo redactado por uno de los pesos pesados de la embriología a nivel mundial, Scott F. Gilbert. Este científico es especialmente conocido por ser el autor principal de uno de los manuales de biología del desarrollo más difundidos y leídos: Developmental biology. Este libro se encuentra en su octava edición y completamente online en "DevBio".
Gilbert se encontró hace años con una situación parecida a la actual. En un tablón de anuncios se mencionaba que mientras que la religión y la filosofía tenían diferentes opiniones sobre el origen de la vida humana, la ciencia no tenía tales problemas. Según el escrito, los biólogos eran unánimes en considerar el principio de la vida en la fecundación y que no había controversias en la literatura científica. ¿A alguien le suena la cancioncilla?
El reputado embriólogo refutó las afirmaciones anteriores en un ejercicio de sentido común:no sólo no existe ningún consenso en la ciencia sobre el origen de la vida humana, sino que las posturas científicas sobre ésta dependen del aspecto de la vida que se considere más importante. Así, por ejemplo, si se da más importancia a los genes, entonces la vida humana empieza con la fecundación. Si por el contrario se da importancia a la capacidad de pensar y sentir emociones, la vida humana comienza cuando el desarrollo cerebral ha avanzado lo suficiente para adquirir estas funciones.
Gilbert pasó entonces a describir las principales posturas entre los científicos sobre el origen de la vida humana, que se dividían en las siguientes:
1. La visión metabólica. No importa cuando comience la vida. El espermatozoide y el óvulo están tan vivos como otros organismos.
2. La visión genética. El nuevo individuo se crea por fecundación, tras combinarse los genes de los padres para formar un nuevo individuo.
3. La visión embriológica. La vida humana se origina con la gastrulación y no con la fecundación. Esto es debido a que hasta los 12 días un zigoto es capaz de dividirse y formar dos individuos (gemelos). Por lo tanto, antes de esa fecha no es aún un ser vivo individual definitivo.
4. La visión neurológica. El comienzo de la vida humana ocurre cuando existe actividad cerebral (actividad objetivada en el electroencefalograma) y, por tanto, una potencial capacidad de sentir, razonar, percibir, etc. Esto ocurriría en torno a la semana 27 de embarazo. Sería la contrapartida de la concepción de la muerte en nuestra sociedad, que se considera que ocurre cuando deja de existir actividad cerebral alguna.
5. La visión ecológica/tecnológica. La vida humana comienza cuando puede vivir de forma separada del vientre materno, ya sea de forma natural o mediante la ayuda de la tecnología médica. En la actualidad, esto corresponde más o menos a la semana 25 con ayuda de la medicina y en torno a la semana 37 sin ayuda ninguna.
6. La visión inmunológica. La vida humana comienza cuando el organismo reconoce moléculas propias de las extrañas, lo que ocurre durante el nacimiento.
7. La visión fisiológica integrada. La vida humana comienza cuando se ha convertido en un ente independiente de la madre y posee su propio sistema circulatorio, alimentario y respiratorio. Por tanto, la vida humana se origina cuando el bebé nace y se corta el cordón umbilical.
Como habrás podido comprobar en la lectura de las distintas visiones, la forma en la que se determina cuando comienza la vida humana se basa en datos científicos, pero la importancia que se le da a cada uno de ellos es lo que determina una visión con respecto a otra. Dicho de otra forma, los datos son científicos, pero las posturas o visiones son arbitrarias y entran en el terreno de las opiniones personales, las ideologías y las religiones. ¿Por qué los genes tienen que ser más importantes que la actividad cerebral para determinar el comienzo de la vida humana? ¿O por qué no puede ser al revés, qué hace más importante al cerebro que a los genes?
La raíz de toda esta discusión se fundamenta en una pregunta tan sencilla de plantear como difícil de responder: ¿qué es un ser humano? Pretender responder a tal cuestión con afirmaciones tan falaces como que la ciencia demuestra que el ser humano comienza con la fecundación porque ya existe un genoma único es similar a decir que la ciencia demuestra que la belleza del ser humano está en unos rasgos concretos, como por ejemplo, sus ojos.
La ciencia puede darnos datos sobre el ser humano y sobre la percepción de la belleza, perodefinir qué es o no un ser humano vendría a ser el equivalente de definir qué es o no bello, un hecho más amplio que el terreno de la ciencia.