La noticia ha corrido como la pólvora en Valencia, De la Rúa, él que hasta ahora había sido más que amigo de Camps, ha dicho que no tiene una amistad íntima con él. Éste no ha podido aguantar el dolor producido por la ruptura del romance y ha empezado a decir tonterías en las Cortes Valencianas, como por ejemplo que el portavoz socialista deseaba dejarlo muerto en una cuneta (que fácil es hablar con esa ligereza y más una persona que se niega a recuperar los cuerpos de los asesinados en las cunetas valencianas por parte de los franquistas-golpistas).
Era una enajenación transitoria, pero ahora ya es total, va sumando puntos para que desde Madrid lo jubilen anticipadamente a un puesto de trabajo millonario en alguna empresa privatizada. Le daba envidia Zaplana, y sigue sumando puntos.
Mientras tanto la enajenación del pueblo valenciano también sigue en aumento.
1 comentario:
La primera vez que vi la cara de Camps pensé: "Este tio es un cabrón". Te lo juro.
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