Botemos a los políticos corruptos No hace falta que los creyentes religiosos me quemen en su hoguera por mis blasfemias. Ya me castigará su dios en el más allá
Vale, me equivoqué. Lo reconozco. El ejército no arremetió contra el pueblo que luchaba contra Mubarak.
Pero días después si que puedo decir, que antes gobernaba el ejército, y ahora, ahora sigue gobernando el ejército. Vaya, menuda incongruencia
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